En España, la mayoría de la población está muy familiarizada con la cafeína, un estimulante natural presente en el café, una bebida cuya tradición está profundamente arraigada en nuestra cultura. Sin embargo, el té, que comenzó a ganar popularidad hace solo unas décadas, sigue siendo un gran desconocido para muchos, al igual que su principal componente estimulante: la teína. ¿Pero qué diferencia realmente a la cafeína de la teína? Para responder a esta pregunta, hemos consultado a la experta Cristina Burgos, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, quien nos aclara si hay una elección mejor entre ambas sustancias.

¿Qué es la cafeína? ¿y la teína?

La cafeína o trimetilxantina, es un alcaloide con propiedades estimulantes. “Se encuentra de forma natural en componentes vegetales, como granos de café y cacao, hojas de té, bayas de guaraná y la nuez de cola”, explica Cristina Burgos , dietista-nutricionista experta en Nutrigenómica y Nutrición Personalizada.

La teína o trimetilxantina, es también un alcaloide con propiedades estimulantes. Como se puede comprobar la composición de ambas es idéntica, hasta el punto de que podría decirse que café y té son distinta cara de la misma moneda y distintas plantas. Con pequeñas salvedades que vamos a ir viendo.

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Diferencias entre la cafeína y la teína

"Se trata de la misma molécula, en decir, ambas tienen la misma estructura química. La diferencia radica en la planta de la que se extrae”, concluye la experta.

También es diferente la cantidad de esa molécula que tiene cada una de estas bebidas. “La cantidad de cafeína que se ingiere por cada taza de té es menor que la que puede aportar una taza de café expreso”, aclara la académica. Aproximadamente, una taza de té puede aportar un tercio o la mitad de cafeína que un café.

Como teína y cafeína tienen la misma fórmula química, a partir de aquí la experta se va a referir a ambas sustancias como cafeína. Su principal efecto es el de estimular el sistema nervioso central. “Genera en el cuerpo un mayor estado de alerta, reduciendo sensación de cansancio. Estos efectos comienzan a los 15 minutos de su ingesta, aunque se absorbe en su totalidad a los 45 minutos, distribuyéndose a continuación por los distintos tejidos”, continúa Burgos. La EFSA señala que, desde su ingesta hasta la completa eliminación por vía renal, suelen pasar 4 horas, si bien pueden variar entre 2 y 8 horas, según cada persona.

Esta horquilla de tiempos se explica por variados factores, como la edad, el peso corporal, ingesta de medicamentos, así como el estado de salud del hígado, que participa en su metabolismo. Cuanto menos funcione, más café se acumula y mayor es su vida media, o lo que es lo mismo, su duración en sangre.

Dado que es un estimulante del sistema nervioso central “puede generar cierta adicción en personas con una mayor sensibilidad. Lo mismo sucede en caso de consumo de dosis altas de manera prolongada”, sostiene la dietista-nutricionista. De hecho, puede considerarse como la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo.

Lettermark

Beatriz Molina es una periodista especializada en nutrición y salud. Siempre al tanto de las tendencias healthy, Beatriz ofrece las claves para conseguir nuestra mejor versión tanto física como mental. Se graduó en Periodismo en la Universidad de Sevilla y desde entonces ha trabajado como redactora en diferentes revistas digitales, entre ellas otra de las publicaciones más icónicas del grupo Hearst; la revista ELLE, donde cubría como redactora SEO temas sobre estilo de vida, moda, literatura o turismo. En adición, cuenta con experiencia en coberturas de eventos de tal repercusión como los premios Goya, la Mercedes-Benz Fashion Week o festivales de cine a nivel europeo. 

Pero más allá de los medios digitales, también cuenta con experiencia en empresas privadas de diferentes y diversos sectores ajenos a la prensa, siempre desde el departamento de Marketing y Comunicación. En un sentido más académico, cabe destacar las tres publicaciones que lleva a sus espaldas; una de ellas premiada con el primer premio de Innovación Docente y Buenas Prácticas María Moliner.